martes, 25 de febrero de 2014

Las redes sociales merman nuestra inteligencia

Conectarnos a las redes sociales puede hacernos parecer más inteligentes, pero en realidad está mermando nuestras capacidades intelectuales. Así por lo menos lo recoge un estudio científico publicado por la Royal Society, que concluye que «tener tanta información a nuestro alcance limita nuestra capacidad de concentración, contemplación y reflexión.
Para llevar a cabo su experimento los investigadores realizaron una serie de preguntas a un grupo de 100 universitarios, separados en grupos de 20 en cinco redes sociales, asignadas al azar. La mitad de los voluntarios estaban conectados a todos los demás, mientras que el 50% restante no tenían ningún tipo de conexión con el resto.
Los científicos sometieron a los voluntarios a una serie de preguntas basadas en el razonamiento analítico para comprobar su nivel intuitivo.
Los investigadores comprobaron que entre los usuarios que estaban conectados, y a los que se les permitía copiar las respuestas correctas de sus compañeros, un alto porcentaje robaba las respuestas de los miembros de su grupo que resultaban ser correctas.
De este modo, los científicos comprobaron que mientras que las redes sociales ayudaron a los voluntarios elegir mejores respuestas, los voluntarios no aplicaban la lógica para responderlas correctamente mediante su propio razonamiento.
Los autores del estudio, Iyad Rahwan, Dmytro Krasnoshtan, Azim Shariff y ean-François Bonnefon, concluyen que mientras algunos analistas aseguran que internet está mermando nuestra inteligencia y otros aseguran que nos ayuda a tomar decisiones más informadas, en realidad ambos podrían tener razón.
«Ser capaz de copiar las respuestas correctas de otras personas hace que seamos capaces de tomar decisiones más acertadas, pero al mismo tiempo está limitando nuestra capacidad de razonamiento, haciendo que muchas personas lleguen a una respuesta analítica sin comprender el proceso analítico», aseguran.
La tendencia a copiar «hace que parezcamos más inteligentes cuando en realidad cada vez pensamos menos», concluyen. Cuando las personas hacen falsas conclusiones intuitivas y están expuestos a las respuestas analíticas de otras personas, son capaces de «reconocer y adoptar estas conclusiones correctas, pero no tanto de realizar sus propios razonamientos correctos», explican los investigadores en su artículo.


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