¿Alguna vez se
ha parado a pensar qué hubiera sido de nuestra economía sí no se hubiera
producido el descubrimiento de América? Recuerdo una anécdota que me contó un
gran profesor de la Universidad de Murcia sobre este caso. A él se le encomendó
la tarea de organizar una comida de temática medieval. Hasta ahí todo bien, a
todos se nos viene en mente la típica mesa señorial plagada de productos cual
manjar de reyes, pero hemos de recordar que en esta época, en Europa, la dieta
no era tan variada como nosotros podríamos pensar. Y es que los pobladores del
periodo medieval se alimentaban habitualmente de simples gachas, pan y vino.
Otros alimentos como puedan ser la carne, los huevos y el pescado eran
completamente estacionales pues los métodos de conservación eran muy escasos,
reduciéndose a salazones.
Como se puede
ver, iba a ser una comida demasiado tosca y nada variada ni vistosa para tal
acontecimiento. Así pues, más que
tratarse de una comida de época medieval, se optó por una ambientada en los
inicios de la Edad Moderna, para aprovechar así la llegada de productos
provenientes del Nuevo Mundo.
Tomando esta
anécdota como punto de partida, creo conveniente tratarlo con los alumnos, pues
es necesario conocer el pasado desde un punto de vista más antropológico, lo
cual produce cambios culturales muy significativos de los cuales muchas veces
no somos conscientes. Se estima que el 60% de todas las cosechas actuales se
originaron en las Américas y, no sólo se incorporaron a partir del siglo XV en
las cocinas europeas sino que, se convirtieron en las propias cocinas europeas
que hoy conocemos. Imagínese la cocina italiana sin tomates, la cocina griega
sin berenjenas, las hamburguesas sin patatas fritas o sin kétchup o la propia
cocina española sin patatas para nuestras tortillas.
He aquí una
muestra del trabajo realizado por los alumnos y alumnas de 2º ESO- B, los
cuales seleccionaron una serie de alimentos provenientes de las Américas e
investigaron sobre su origen, descubrimiento y expansión por el mundo.
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